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sábado, 17 de agosto de 2013

Un duro revés.

Es muy difícil describir el vacío que se siente cuando esa persona que creíamos “perfecta” decidió marcharse. Creo que lo más cercano a describir esa sensación es DECEPCION... Mi vida no tenía sentido en ese momento... El simple hecho de levantarme cada mañana y sentirme sola, sentir que en un lugar de este mundo, está la persona que amo, la persona que decidió marcharse de un día para otro...La persona con la que aprendí lo que es amar y ser amado...Es como si tu vida se basara en ello, que todo lo vivido antes no formara parte de tu historia...
Decidí seguir adelante, apoyarme en mi mejor amiga e intentar olvidarme de todo. Para ello, decidí quedar con ella y contarle todo lo que había pasado...
Nada más verla, decidí abrazarla, necesitaba sentir su cariño. Un solo abrazo me aporto más fuerza que cualquier otra cosa...
Sentadas en los columpios del parque, empezamos a hablar...
-Susana, necesito contarte algo... Dije entre lágrimas
-¿Que ha pasado Kayla? 
-David...
-¿Qué pasa con David? ¿Es algo grave? Pregunto ella asustada...
-Sí. Asentí. El otro día, al despertarme...encontré en mi almohada una carta.. Una carta en la que se despedía de mí. Para siempre. No tuve tiempo de hablar con él, no me dio la oportunidad... Me dijo que me quería y que no quería hacerme daño, que siempre me amaría y que no le guardara rencor por la decisión que había tomado...Esta claro que no puedo guardarle rencor, porque lo amo más que a nada...pero me parece una decisión egoísta...Yo me comprometí a estar con él hasta el final y hacer que cada día fuera más especial para el...éramos una pareja y ahora...no somos nada....un recuerdo de lo que un día fue algo muy intenso, por lo menos para mí.
Asombrada por lo que le dije, dijo:
-Kayla, entiendo tu dolor...A mi también me paso lo mismo con él hace muchos años...Es doloroso pero todo se supera. Él es el que ha decidido tomar esa decisión y tienes que respetarlo. Piensa que te ama y que lo hace por tu bien....Creo que será lo mejor para los dos...Además, sabes que siempre estaré ahí para apoyarte, nunca te dejare sola...Amigas para siempre. ¿Lo recuerdas?...

Pasada una semana empecé a recobrar la sonrisa gracias a ella pero...pero no podía dejar de pensar en el...
Sé que no era lo correcto pero cada tarde después de clase acudía al acantilado en el cual, tenía la esperanza de verle ahí. Sentado en una roca, de la misma forma en como empezó todo...
Allí, en el acantilado, me sentaba a pasar las horas. Escuchaba una y otra vez mi canción favorita mientras escribía en nuestro libro los momentos felices que mi cabeza recreaba a su lado. Aun podía sentir su mano con la mía, su olor, la expresión de su sonrisa...como si hubiera sido ayer...

A la mañana siguiente me levante temprano ya que mi mejor amiga Susana cumplía 18 años y le tenía preparada una fiesta sorpresa en mi casa para agradecerle todo lo que me había apoyado en estos días....Lo tenía todo preparado: la casa libre, la bebida, los globos de fiesta y a medio instituto en mi salón. Solo faltaba que llegara la cumpleañera...
Al llegar, Susana se llevó una gran sorpresa, ya que se pensaba que esto sería una simple "fiesta de pijama"... 
La bebida corría, la gente bailaba sin parar... Todo salía a la perfección...Decidí salir al porche de mi casa, para evadirme un poco de la fiesta. En ese momento vi a Susana, que salía de mi casa. Se notaba que estaba incomoda, miraba a todas las direcciones, como si estuviera ocultando algo...Decidí seguirla porque pensé que algún tío se había propasado con ella. 
Un par de manzanas más allá de mi casa, se metió por un callejón oscuro, en el que había un chico apoyado en la pared. No podía ver su cara con claridad ya que estaba lejos. Decidí esconderme detrás de un coche para poder ver con mas claridad lo que estaba pasando... El chico salió de las sombras y le dio un abrazo... Entonces, en ese momento, me di cuenta.... ERA ÉL, ERA DAVID! 
Pero... ¿por qué estaba abrazando a Susana? ¿No se suponía que se iba a ir para siempre? Las dos personas que más quiero me habían traicionado. No podía creer lo que estaba viendo...