Sígueme.

viernes, 2 de agosto de 2013

¿Adiós definitivo?


Dolor. Término que señala una sensación molesta, aflictiva y por lo general desagradable en el cuerpo o el espíritu. Este es el mejor término que puedo utilizar para describir como me sentía en esos momentos... Necesita alguien con quien hablar, con quien desahogarme...Mejor dicho, lo necesitaba a EL! Solo quería llorar, encerrarme en mi cuarto y no salir de ahí nunca más!..

Antes de irme de allí, decidí escribir una amarga despedida antes de dejar el libro sobre la roca donde lo recogí por primera vez...





David, no entiendo porque no te has presentado en el acantilado...
 ¿Sabes cuándo sientes que solo puedes ser feliz con una persona? ¿Que solo ella puede sacarte una sonrisa? Solo tú podías hacer que este dolor que ciento por la pérdida de mi mejor amiga fuera menos duro, al igual que hice yo cuando tú la perdiste...

Me siento sola y esto es todo por tu culpa. Tendría que haber hecho caso a mi amiga Susana... Ella intento avisarme de esto y yo no quise creerla...
 Me hiciste creer que podía contar siempre contigo, que lo nuestro era algo especial y después de este desprecio no sé qué pensar de ti... Mientras escribo esto, no puedo dejar de llorar pensando en los momentos mágicos que podríamos haber vivido juntos y de todos los sueños que se quedarán en lo que son, simples sueños.
 Hoy quería decirte algo muy importante. Algo que quizá hubiera cambiado todo por completo...
 Necesitaba que supieras que estoy enamorada de ti...
 Quizás sea para ti una broma, quizás te lo tomes a risa, no sé... Mis sentimientos son muy claros y aunque lo de hoy me duela muchísimo...seguiré queriéndote aunque no quiera ya que eres mi primer amor y eso nunca se olvida.
 Espero no volver a verte ni a ti, ni a este cuaderno envenenado de sucias mentiras..


Adiós.



Cuanto más me alejaba de ese lugar, peor me sentía... Mis manos temblaban, sentía que me desmayaba de dolor. Pensaba que al escribir esto me sentiría mejor, pero no fue así. La pena invadía mi cuerpo y mi corazón lloraba desconsoladamente.
Una vez llegue a casa, empezó a caer una lluvia espeluznante. Aunque sabía que sería peligroso, decidí salir. Cuanto mayor era la tormenta, menos ganas tenia de ponerme a salvo. La lluvia cada vez era más intensa al igual que mi dolor. Solo quería quedarme quieta, asombrarme de cada destello emitido por la tormenta y contemplar el cielo iluminado una vez terminase. Quería sentirme parte de ella, quería gritar tan fuerte como los rayos y quería que la lluvia se llevara toda la tristeza...

En ese momento, vi una sombra emergiendo de la lluvia. Cada vez se acercaba más y más... ¡De repente lo vi! ¡Era él!.
 Pensé... 
¿A que habrá venido? 
¿Habrá leído lo que escribí en el libro?
¿Será hora de decir adiós?...